Cuando me pidieron escribir un artículo sobre mi, pensé en tantas cosas que podría compartir con ustedes, anécdotas, éxitos, fracasos, hablarles sobre mi curriculum, que estuve aquí y allá que hice esto y lo otro…. un sin fin de historias…
Sin embargo les contare la mejor de mis historias.
Tal vez pocos saben que soy Ingeniera de profesión, mi paso por la universidad fue un tremendo aprendizaje, estaba por primera vez sola en una ciudad extraña y no conocía a nadie, de verdad no sé como sobreviví a la universidad era una chica muy tímida e insegura, me movía temerosa entre toda esa gente y si bien logre el objetivo de terminar mi carrera, los costos emocionales fueron muy altos, tempranamente supe que mi profesión no era para mí, sin embargo “el deber ser” comandaba mi vida.
No fue sino hasta que regrese a Santiago al núcleo familiar cuando tras una gran depresión, descubrí la danza árabe en un taller de la comuna… uffff la primera vez que vi bailar a mi primera profesora quede alucinada y de allí en adelante por varios años el sábado de 12:00 a 13; 00 me perdía en ese lugar donde mujeres de todas las edades bailaban sinuosamente… yo ame esta danza desde el primer momento…no sabía en ese tiempo lo que ella representaría en mi vida.
Si alguien me preguntara que es la danza para mí, yo simplemente puedo decir que es “mi gran amor irrenunciable”, por que el verdadero amor te da alegría y te hace florecer. En mi caso , me ha hecho mejor persona.
Sin embargo no fue fácil dejar mi vida profesional, la familia, el prejuicio social. el miedo a la inestabilidad económica.
Quería cumplir con “EL DEBER SER” y no desilusionar a nadie….Pero todo eso iba contra mí misma, contra mi autenticidad.
No fue fácil no…cuando alguien me preguntaba a que te dedicas? , sentía vergüenza de decir soy bailarina de danza árabe, por que odiaba esa expresión morbosa de los hombres y las preguntas tales como ¿ SE PUEDE VIVIR DE ESO?.
Pero mi amor por este arte fue más fuerte, deje mi trabajo, mi profesión … Y QUEMÉ MIS NAVES.
Así que me propuse ser buena en esto , ser coherente con mi naturaleza , atrás quedaron los detractores y el pesimismo, nació una nueva mujer con un poder y convicción que ni yo misma creía que tenia, HABÍA QUE HACER TODO BIEN, estudiar, practicar ,tomar clases de perfeccionamiento, escuchar a mis maestros, dejarme enseñar…
no busque el éxito , ni el reconocimiento , eso llego por añadidura y estoy agradecida de la vida , porque gracias a mi decisión he vivido cosas increíbles y sentido otras tantas difíciles de explicar.., solo alguien que haya sentido su alma quebrada a pesar de eso se haya transformado en la mejor expresión de si mismo me podrá entender.
La danza me RESCATO, resignificó mi vida y atrajo a las personas de las debía rodearme, mi familia acepto mi decisión y siempre están aplaudiendo en primera fila, me certifique de instructor de Jazz en la escuela del profesor Valero ,me titule de maestra de Danza Árabe en la Arabian Dance School de Amir Thaleb y funde mi Escuela de Danza.
Todos podemos vivir la vida que queremos, pero eso no significa que no tenga un costo, ser artista muchas veces no es fácil para quienes nos rodean para muchos somos gente inmadura, floja, irresponsable o que solo la pasamos bien…Nada más falso que eso, los artistas y maestros de arte somos necesarios para sanar nuestra sociedad enferma de stress y depresión. Respeto, sobre todo con los maestros mayores…todos vamos hacia allá.
Solo hare una última reflexión para despedirme..
Cuando tú quieres poner algo en tu vida, lo pondrás en tu vida y sino encontraras mil excusas.
Afectuosamente,
SAMBRA
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