Tur Bus, sábado 11:00 horas, asiento 3, destino La Ligua o Cabildo. Siempre al lado de la ventana, mismo viaje, misma ruta, mismo destino, pero siempre una experiencia distinta.
Mucha gente durante este tiempo me ha preguntado: ¿Y no te aburre viajar todos los sábados al mismo lugar?... La respuesta es un rotundo NO.
Cada viaje ha sido distinto, el paisaje igual ha cambiado y me siento privilegiada de haber sido testigo in situ de todos esos cambios.
Viví el primer semáforo en La Ligua, la construcción de casas y una villa completa, la ampliación de la Cuesta de las Chilcas, la construcción de locales comerciales y remodelaciones.
Vi cómo mi paisaje florecía, enverdecía y secaba según la estación del año.
Vi cómo un río se secó y volvió a la vida. Me ha tocado ver cosas maravillosas y he llegado a amar zonas que no conocía, pero que hoy son una parte importantísima para mi como persona, como mujer, bailarina y profesora.
En el asiento 3 se forjaron amistades de ocasión, escuché confidencias de mis compañeros de asiento, supe cosas muy bellas, historias inimaginables, presté el hombro, me tocó escuchar, consolar y felicitar. De todas las personas que conocí, me acuerdo sólo de un nombre: "Rima", me pareció original y muy bello. Pero hubo alguien de la cual su nombre no recuerdo, alguien que viajó a mi lado durante al menos 2 años, sábado tras sábado sentadas juntas conversando y compartiendo experiencias de nuestras respectivas semanas, alguien de quien me encantaría volver a saber.
Viví mi primera experiencia como profesora y todo lo que esto implica.
Altos y bajos, expectativas y desaires, experiencia pura, crecimiento indudable.
Pude ver amistades formarse y fortalecerse, fui parte de la formación de personas lindas y muy valiosas, vi crecer a mis niñas, pasar del colegio a la educación superior y luego al trabajo.
Formé mis propias y sólidas amistades.
Tuve la bendición de formar excelentes bailarinas, de ver su inmensa evolución en la Danza Árabe, ser testigo de sus frustraciones y éxitos, de su satisfacción personal y me siento la persona más afortunada y orgullosa del universo.
Hoy veo a mis hijas mayores bailar hermoso y a las menores con muchas ganas de seguir creciendo.
Es difícil tomar decisiones que tienen tanto que ver con nuestros sentimientos hacia personas que son parte de tu historia y tu corazón.
Todas estas reflexiones vienen a mi en este momento en el que me toca seguir avanzando en mi camino. Un momento difícil pero necesario para mi, y estoy segura que para todas y todos.
Tomo esta decisión con pena por el apego normal y el enamoramiento hacia proyectos. Pero también la tomo segura y muy satisfecha por haber sembrado amor por la Danza Árabe en mis alumnas, por haber sembrado curiosidad para saber cada vez más, feliz porque mis niñas seguirán creciendo, porque el amor se transmite y se respira en cada clase, porque estoy segura de que fui un aporte para ellas, aunque mi aporte no se compara con todo lo que yo he recibido de cada una.
No me queda más que decir GRACIAS!, Gracias a todas las personas que fueron, son y seguirán siendo parte de mi vida y de mi crecimiento, gracias por su cariño, incondicionalidad y dedicación, gracias por ser siempre ustedes y por ayudarme a encontrar y reforzar mi vocación.
Gracias por todo lo entregado durante 5 hermosos años de mi vida.
Con amor... ... Badia Izdihaar.
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